La caza del mamut ha sido una actividad milenaria que ha permitido a los primeros pobladores de la Cuenca de México sobrevivir y aprovechar los recursos que estos enormes herbívoros les brindaban. A través de excavaciones realizadas en Tultepec, se ha descubierto un contexto inédito de cacería de mamuts que ha cambiado la forma en que se imaginaba esta actividad. En lugar de ser una caza ocasional, se ha demostrado que los primeros pobladores aprovechaban el medio y se organizaban socialmente para llevar a cabo esta actividad.
Una trampa para cazar mamuts
En el poblado de San Antonio Xahuento se han encontrado restos óseos de mamuts en una excavación para el confinamiento de desechos. Durante las excavaciones, se descubrieron dos fosas con paredes verticales que fueron utilizadas como trampas para estos proboscídeos. Estas trampas tenían una profundidad de 70 metros y un diámetro de 25 metros.
En total se han recuperado 824 huesos de mamuts, correspondientes a 14 individuos diferentes. Estos restos han permitido a los científicos comprender mejor la relación entre los antiguos pobladores y los mamuts. Además, se ha observado que estas fosas no son las únicas trampas de mamut en el área, lo que sugiere que los cazadores utilizaban una estrategia para capturar a estos animales de manera más efectiva.
Un escenario de cambio climático
La caza del mamut se llevaba a cabo en un escenario de cambio climático, caracterizado por la congelación de los polos y la disminución del nivel del mar. Esto provocó que algunas zonas, como la Cuenca de México, se volvieran más secas. Las trampas prehistóricas de Tultepec fueron excavadas en la arcilla del fondo del Lago de Xaltocan hace aproximadamente 15,000 años, cuando los niveles del lago descendieron y dejaron expuestas grandes llanuras.
Este fenómeno coincidió con la erupción del volcán Popocatépetl hace 14,700 años, lo que provocó una gran movilización de animales y humanos hacia el norte de la Cuenca de México. Las trampas de mamuts en Tultepec fueron utilizadas durante aproximadamente 500 años, hasta que el nivel del lago se recuperó y las fosas se llenaron con la descomposición de vegetación acuática.
La caza del mamut: una estrategia organizada
Según los informes de los científicos, la caza del mamut implicaba la participación de grupos de entre 20 y 30 cazadores. Estos cazadores azuzaban a la manada de mamuts con antorchas y ramas, hasta separar a algún ejemplar y dirigirlo hacia las trampas. Una vez atrapado, el mamut era rematado desde fuera de la trampa para luego aprovechar su piel, carne y huesos.
Cómo cazar jabalíes con lazos de forma segura y efectivaLa importancia de Tultepec II
Los restos de mamuts encontrados en Tultepec II son de gran importancia, ya que permiten comprender mejor la relación entre los antiguos pobladores y estos enormes animales. Aunque los restos de mamuts encontrados en este sitio son menos numerosos que en otros lugares del entorno, Tultepec II se considera uno de los lugares más importantes en términos de restos de mamuts.
Además, este descubrimiento ha abierto la puerta a nuevas investigaciones y estudios, como el análisis de las enfermedades que afectaban a estos animales del Pleistoceno. También se plantea la posibilidad de realizar prospecciones con georradar para descubrir más fosas en la zona y llevar a cabo sondeos arqueológicos en las faldas del Cerro de Tultepec, donde se encontraban los campamentos de los cazadores-recolectores.
La caza del mamut tenía un propósito fundamental: garantizar la supervivencia humana. Estos enormes herbívoros proporcionaban a los cazadores-recolectores carne, piel y huesos que eran utilizados para alimentarse, abrigarse y fabricar herramientas. Los mamuts eran considerados una importante fuente de recursos para los primeros pobladores de la Cuenca de México.
La relación entre los humanos y los mamuts era tan profunda que se han encontrado numerosas obras de arte que representan a estos animales. Se han descubierto figurillas y adornos elaborados con marfil de mamut, así como representaciones parietales en cuevas que muestran la conexión entre los humanos y estos gigantes de la prehistoria.
A pesar de su importancia para la supervivencia humana, el mamut comenzó a declinar hace unos 21,000 años. Su baja tasa de reproducción y otros factores, como el cambio climático y posibles enfermedades, contribuyeron a su desaparición hace aproximadamente 4,000 años.
La caza del mamut comenzó hace millones de años, cuando los primeros pobladores de la Cuenca de México se establecieron en la región. Estos cazadores-recolectores aprovechaban los recursos que los mamuts les brindaban para sobrevivir en un entorno hostil.
La verdad sobre los gatos cazadores de ratonesEn el Paleolítico Medio, los mamuts se convirtieron en un recurso gastronómico habitual para los preneandertales y neandertales. Se han encontrado evidencias de la caza y aprovechamiento de mamuts en diferentes yacimientos arqueológicos, como los situados en los ríos Manzanares y Jarama en Madrid. Los neandertales eran grandes consumidores de carne de mamut, que llegaba a representar el 80% de su dieta.
Con la llegada del Homo sapiens, la caza del mamut se extendió, pero no se conocen con certeza las técnicas de caza que se empleaban. Algunos investigadores han sugerido que los humanos acosaban a los mamuts hasta que se despeñaban por un precipicio, pero esta teoría no ha sido confirmada.
El último mamut lanudo murió hace aproximadamente 4,000 años en la isla Wrangel, en el océano Ártico al norte de Siberia. Un estudio realizado por investigadores de las universidades de Helsinki y Tübingen, y la Academia de Ciencias de Rusia ha revelado que estos últimos mamuts vivieron en un hábitat aislado y fueron afectados por eventos climáticos extremos.
El calentamiento global y el aumento del nivel del mar redujeron el hábitat de los mamuts, dejándolos aislados en la isla Wrangel. Eventos climáticos extremos, como la formación de hielo sobre el suelo, dificultaron la obtención de alimentos y finalmente llevaron a la extinción de estos animales.
Aunque la clonación de mamuts ha sido objeto de debate y especulación, por el momento la resurrección de estos gigantes sigue siendo una quimera.
Herramientas de caza de los tehuelches: arco, boleadoras, trampas y garrotes
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