Consecuencias y protección de las ballenas: impacto del covid-19 y cambio climático

La caza de ballenas ha tenido graves consecuencias para la población de estos majestuosos animales marinos. A lo largo del siglo XX, la caza descontrolada de ballenas ha llevado a una disminución significativa de sus poblaciones, y muchas de ellas aún no se han recuperado por completo. Afortunadamente, en la década de 1970 se implementaron leyes y prohibiciones a nivel mundial para frenar esta práctica, lo que ha permitido que algunas poblaciones de ballenas se hayan recuperado en ciertas áreas.

Temas que trataremos

Consecuencias durante la crisis del COVID-19

Durante la crisis del COVID-19, se ha observado un impacto positivo en la conservación de las ballenas. Debido al confinamiento y la reducción de actividades humanas, las ballenas han tenido la oportunidad de ocupar zonas que antes estaban ocupadas por humanos o actividades como la pesca. En lugares como Chile, Argentina, La Palma, las Islas Canarias y Marsella, se han avistado ballenas en áreas donde antes era poco común verlas.

Es importante destacar que solo tres países continúan cazando ballenas a pesar de las prohibiciones internacionales: Japón, Noruega e Islandia. Sin embargo, Islandia ha suspendido la caza comercial de ballenas por segundo año consecutivo, no solo por motivos económicos, sino también debido a un mayor interés de la población en la observación de ballenas y a la creación de santuarios para proteger a esta especie.

Protección de las ballenas contra el cambio climático

La conservación de las ballenas es crucial para combatir el cambio climático. Las ballenas juegan un papel importante en la captura de carbono y la reducción del CO2 en la atmósfera. Durante su vida, acumulan carbono que se lleva al fondo del océano cuando mueren, ayudando a retener el COAdemás, las ballenas son fundamentales en la producción de oxígeno, ya que las zonas donde hay poblaciones de ballenas suelen tener una gran cantidad de fitoplancton, que produce al menos el 50% del oxígeno en nuestra atmósfera.

Lamentablemente, las ballenas están en peligro de extinción según la lista roja de especies vulnerables. Después de décadas de protección, ocho de las trece especies de ballenas más grandes están en peligro o son vulnerables. Se estima que hay poco más de 3 millones de ballenas en los océanos, solo una cuarta parte de lo que solía haber antes de la caza descontrolada de ballenas.

Protección de las ballenas y amenazas

Para proteger a las ballenas, es fundamental reducir las amenazas y peligros que enfrentan. Algunos de estos incluyen:

La caza indiscriminada de delfines: amenaza para su supervivencia
  • La caza descontrolada de ballenas, una de las actividades más perjudiciales para esta especie.
  • El abandono de redes de pesca que son ingeridas por las ballenas, causando daño o incluso la muerte.
  • El desarrollo industrial, que provoca colisiones con buques y barcos.
  • La contaminación de las aguas oceánicas.
  • El cambio climático, que afecta las zonas de alimentación de las ballenas debido al calentamiento de las aguas y el derretimiento del hielo marino en las regiones polares.

Es responsabilidad del ser humano tomar medidas para proteger a las ballenas y al medio ambiente en general. Como menciona Ana María García Cegarra, bióloga marina, es nuestra obligación moral aportar y no quitar a la naturaleza.

Afectación de la extinción de las ballenas en la humanidad

La extinción de las ballenas también afectaría a la humanidad de varias maneras. Estos gigantes de los océanos desempeñan una función ecológica importante y contribuyen a combatir el cambio climático desde los océanos de todo el planeta.

Una vez que las ballenas mueren, sus cadáveres se convierten en reservas gigantescas de carbono. Estudios sugieren que el carbono almacenado en los cadáveres de las ballenas se hunde en el fondo del océano, regulando la temperatura del planeta y reduciendo el CO2 en la atmósfera durante siglos.

Además, en vida, las ballenas producen toneladas de excremento ricos en hierro que benefician los mares. Estas heces estimulan el crecimiento del fitoplancton, que captura el 40% del CO2 del planeta. Sin embargo, la pesca y caza indiscriminada de ballenas amenaza este equilibrio y libera más carbono a la atmósfera.

Restaurar las poblaciones de ballenas a niveles anteriores a la caza podría ser una estrategia para reducir el impacto negativo en la atmósfera causado por los humanos. Las ballenas podrían ser una solución natural para capturar el CO2 emitido por los combustibles fósiles.

consecuencias de la caza de ballenas - Cómo afecta la humanidad la extinción de las ballenas

Pez sierra: depredador del mar en peligro

La caza de ballenas ha tenido graves consecuencias para estas especies y para el medio ambiente en general. La conservación de las ballenas es esencial para combatir el cambio climático y proteger los ecosistemas marinos. Es responsabilidad de todos tomar medidas para proteger a estas magníficas criaturas y preservar la salud del planeta.

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