Greenpeace: protegiendo a las ballenas en el atlántico sur

La caza de ballenas ha sido un tema de controversia durante décadas, y la organización ecologista Greenpeace ha sido una de las principales defensoras de la protección de estos majestuosos animales. Greenpeace ha estado luchando incansablemente para poner fin a la caza de ballenas, y una de sus propuestas para proteger a estos gigantes del mar es la creación de un santuario marino en el Atlántico Sur. En este artículo, exploraremos qué es lo que plantea Greenpeace para proteger a las ballenas, qué países se oponen a la caza de ballenas y cómo influye esta caza en el ecosistema marino.

Temas que trataremos

Qué es lo que plantea Greenpeace para proteger a las ballenas

Greenpeace propone la creación de un santuario marino en el Atlántico Sur, que abarcaría desde Brasil hasta la Antártida. Este santuario se uniría al santuario que ya se estableció en la Antártida, y su objetivo principal sería proteger a las más de 50 especies de ballenas que viven en la región. Greenpeace argumenta que es necesario proteger a las ballenas no solo porque son animales emblemáticos e impresionantes, sino también porque son vitales para los ecosistemas marinos.

La caza de ballenas ha causado la muerte de casi 3 millones de estos animales en el siglo pasado, y Greenpeace busca revertir esta situación. Según la organización ecologista, proteger a las ballenas implica proteger a todo un entorno de seres más pequeños y los ecosistemas que habitan. Para lograr la creación de este santuario, Greenpeace ha lanzado una llamada pública para que se respalde con firmas esta petición. La Comisión Ballenera Internacional decidirá a finales de octubre la creación de este gran santuario, y se necesitará el 75% de los votos a favor.

Por el momento, Japón está presionando a países pequeños para que voten en contra del santuario, pero Greenpeace asegura que japón está más solo que nunca. Solo se necesitan cuatro países para cambiar el sentido de su voto y lograr que se apruebe el santuario. Greenpeace hace un llamado a los países para que protejan a las ballenas y voten a favor del santuario, destacando la importancia de estos animales para los ecosistemas marinos.

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Qué países están en contra de la caza de ballenas

A pesar de que la caza de ballenas está prohibida desde 1986 por una moratoria, tres países miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) se oponen e ignoran esta prohibición. Estos países son Japón, Noruega e Islandia. Estas naciones continúan cazando ballenas alegando diferentes argumentos.

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Japón vende su caza de ballenas como ciencia y luego utiliza la carne para consumo humano. Greenpeace ha denunciado que la carne de ballena es fraccionada y congelada en los mismos barcos balleneros, que realizan las capturas con fines científicos. Noruega, por su parte, argumenta que las ballenas diezman determinadas poblaciones de peces, mientras que Islandia ve en la caza de ballenas un obstáculo para ingresar a la Unión Europea debido a las restricciones que impone esta práctica.

La reputación de la carne de ballena es mala en todo el entorno, y el consumo de esta carne está en baja. Incluso en Japón, donde se capturan alrededor de 800 ballenas al año, solo un pequeño porcentaje de la población la consume. Noruega e Islandia también han reducido la cantidad de ballenas que cazan debido a la falta de demanda. Además, el aceite de ballena, que en el pasado era comercializado como reemplazo del petróleo, prácticamente no tiene valor alguno en la actualidad.

Greenpeace continúa luchando para poner fin a la caza de ballenas y para que estos animales sean protegidos en todo el entorno.

Cómo influye la caza de ballenas en el ecosistema

La caza de ballenas no solo tiene un impacto directo en estos animales, sino que también afecta a todo el ecosistema marino. Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Stanford reveló que las ballenas desempeñan un papel crucial en la salud de los océanos.

El excremento de las ballenas aporta nutrientes, como el hierro, que son vitales para la supervivencia de diversas especies marinas. El crecimiento de la caza de ballenas, especialmente de las ballenas azules y jorobadas, ha llevado a la disminución de estos nutrientes en los océanos. Esto ha tenido un impacto negativo en el krill, un pequeño crustáceo que forma parte importante de la dieta de las ballenas barbadas.

El krill se alimenta del fitoplancton, que a su vez se nutre de los nutrientes dejados por las ballenas con su excremento. Sin la presencia de las ballenas, la cantidad de nutrientes disminuye y el fitoplancton no puede crecer en las cantidades adecuadas. Esto tiene un efecto en cadena en el ecosistema marino, afectando a otras especies que dependen del krill como fuente de alimento.

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Además, sin las ballenas en los océanos, los nutrientes como el hierro se hunden más fácilmente en el fondo del mar, reduciendo la productividad en ciertas partes del océano. Esto limita la capacidad de los ecosistemas marinos para absorber el dióxido de carbono, contribuyendo al calentamiento global.

greenpeace contra la caza de ballenas - Cómo influye la caza de ballenas en el ecosistema

La protección de las ballenas es esencial para mantener el equilibrio y la salud de los ecosistemas marinos.

Greenpeace continúa luchando contra la caza de ballenas y abogando por la creación de santuarios marinos para proteger a estos magníficos animales. La propuesta de Greenpeace para establecer un santuario en el Atlántico Sur busca proteger a las más de 50 especies de ballenas que habitan en la región, y también tiene un impacto positivo en el ecosistema marino en su conjunto.

La caza de ballenas sigue siendo un tema de controversia, y países como Japón, Noruega e Islandia continúan cazando ballenas a pesar de la prohibición establecida por la CBI. Sin embargo, Greenpeace continúa luchando para poner fin a esta práctica y para que los países voten a favor de la creación de santuarios marinos.

La protección de las ballenas es esencial para mantener el equilibrio y la salud de los ecosistemas marinos. Estos majestuosos animales desempeñan un papel crucial en la cadena alimentaria y en la absorción de dióxido de carbono, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.

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